- Descubrirte a ti mismo. - Entenderte mejor y entender tu entorno. - Definir qué quieres. - Identificar que necesitamos y que no necesitamos. - Desarrollar estrategias que te ayuden a mejorar. - Crear nuevas estrategias para alcanzar tus metas y objetivos. - Evitar estrés - Crear pensamientos positivos - Vivir siendo feliz. Refuerza la autoestima, potencia tus valores, mas profundizamos en el coach o entrenamientos, mas beneficios encontramos.
Resultados, pueden ser innumerables, son muy subjetivos pues depende de cada uno, pero siempre independientemente de cada individuo los resultados son POSITIVOS.
Una vida plena, donde tu potencial reluce, satisfacción, evolución, felicidad. Tu, tu propio maestro del arte de la atracción. Atraerás a ti lo que desees lo que quieres, lo que sueñas.
1) Competencias para la creación mutua de la relación.
El coach debe ser capaz de establecer un clima de confianza adecuado con su cliente (o coachee). La primera competencia del coach es la de hacer que el coachee se sienta cómodo, que no se sienta amenazado, evaluado o juzgado. En este sentido, el acuerdo de confidencialidad existente entre coach y coachee resulta clave para que éste se sienta libre para expresar sus pensamientos, creencias o preocupaciones sin temor a que esta información sea revelada a terceros.
2) Competencias para una comunicación eficaz.
Una buena comunicación siempre comienza por una buena escucha. El nivel de escucha del coach no sólo atenderá al mensaje de su coachee sino que será una escucha mucho más profunda distinguiendo las palabras utilizadas por el coachee, su tono de voz, su ritmo y el lenguaje corporal utilizado (gestos, expresiones, posturas, respiración,...), aprendiendo a escuchar las emociones, preocupaciones, creencias, formas de pensar y de expresarse que tiene el coachee.
3) Competencias para facilitar el aprendizaje y obtener resultados. El coach, a través de sus preguntas, hará que el coachee tome conciencia de su situación actual, de su manera de pensar y de actuar, de los factores que influyen en su comportamiento, de sus fortalezas y de sus áreas de mejora, de su manera de aprender y de los avances que está realizando en el logro de su objetivo. Sólo desde la toma de conciencia se consigue un verdadero aprendizaje.
Muchas personas son capaces de rechazar programas de Coaching, debido quizá al desconocimiento o a que piensan que el Coaching es una moda pasajera, sin atender a que precisamente este proceso puede potenciar al máximo sus capacidades dentro de la empresa y también a nivel personal (Life Coaching).
El coaching es el arte de trabajar con los demás para que obtengan resultados fuera de lo común y mejoren su desempeño. Está basado en una relación donde el coach asiste en el aprendizaje de nuevas maneras de ser y de hacer, necesarias para generar un cambio paradigmático o cultural.
El concepto de coach puede tomarse como un “acompañamiento”, “tutela” o “guía”. En definitiva el coach no es más que un profesional “con formación empresarial y conocimientos de técnicas de ayuda que permiten crear un espacio de diálogo entre él y el empresario o directivo, un espacio de reflexión para mejorar”. Por eso es tan fundamental que el profesional que quiera dedicarse al coach o acompañamiento profesional cuente por una parte con suficiente “bagaje” o experiencia y por otra con un considerable equilibrio personal y emocional.
Hasta el momento predominaban en esta función psicólogos y ahora otros profesionales abren una nueva vía de inserción: “los psicólogos, legítimamente se han convertido en coach y también es legítimo que los gerentes, con años de experiencia, lo hagan”.
El coaching está siendo aplicado cada vez más en empresas y organizaciones de todo tipo. La intervención de un coach profesional, en grupos de trabajo o en trabajo personal sobre los directivos, está transformándose rápidamente en una ventaja competitiva de la organización.
La formación del coach: asegúrate que el coach ha recibido una formación y tiene una acreditación de la misma. Por desgracia, como en muchas profesiones, en el coaching hay mucho intrusismo y es necesario formarse en esta disciplina, diferente de la formación, el asesoramiento. La experiencia en alguna de ellas no cualifica a una persona como coach. Averigua qué tipo de formación ha recibido y si ha obtenido una certificación, que normalmente acredita al coach con una experiencia superior a 100 o 150 horas de coaching.
La especialización: Dependiendo de qué tipo de coaching necesitas, coaching personal, coaching ejecutivo, empresarial, un coach con una formación y experiencia u otra podrá ayudarte mejor a conseguir tus objetivos. Si estás en una época de cambio de trabajo, de re-orientación de tu profesión, tal vez necesites un coach ejecutivo, pero si estás en un proceso de separación, de conflicto personal, un coach personal podrá ayudarte mejor. La especialización del coach es importante. Pregúntale en qué área se siente más capacitado, cuál es su área de fortaleza y sé honesto sobre quién eres y qué sientes que necesitas. Un buen coach no tendrá inconveniente en referirte a otro compañero que pueda ayudarte mejor o que sea más indicado para aquello que necesites.
Su experiencia: aunque un buen coach puede trabajar sobre cualquier tipo de situación que se le plantee, generalmente un coach que conozca y comprenda tu mundo y circunstancias llevará el proceso de una manera más efectiva que alguien que no tiene experiencia en ello. Por ejemplo, un coach que ha ejercido como directivo tendrá mayor facilidad para ayudar a una persona que dirige equipos o ejerce un liderazgo sobre un área o personas. Asegúrate que el coach que elijas conoce el tipo de situaciones que vas a plantear.
La química es algo importante en una relación de coaching. El coach debe ser alguien en quien confíes y respetes, alguien a quien te apetezca contarle tus sentimientos, alguien a quien abrirse y con quien compartir. Muchos coaches comentan que un alto porcentaje de sus clientes son similares a ellos mismos: en otras palabras, la gente tiende a sentirse atraída por aquellos que se le asemejan. Una sesión inicial complementaria que te permita “probar antes de comprar” es una buena forma de comprobar si hay química entre vosotros antes de comprometeros a iniciar la relación de coaching. Si es necesario, haz varias pruebas con diferentes coaches antes de decidirte por uno de ellos.
El coaching es una práctica profesional crecientemente solicitada por personas, empresas e instituciones que buscan alcanzar logros significativos en su vida personal y/o profesional.
Es una competencia que te ayuda a pensar diferente, que te permite tomar acción efectiva y con responsabilidad hacia tus objetivos, mientras crece la imagen que tienes de ti mismo, mejoras las comunicaciones y profundizas tus relaciones.
Es muy importante por lo tanto ser capaces de observarnos a nosotros mismos y reflexionar sobre nuestra persona así como ser capaces de controlar nuestras reacciones y emociones. Todo esto nos lleva al conocimiento de nuestros puntos fuertes y de nuestros puntos débiles y de nuestras necesidades y fuentes de motivación.
2) Capacidad de inspiración.
Inspirar es orientar con el ejemplo con todo lo que esta frase conlleva. Como coach debemos animar a asumir riesgos y considerar el fracaso como un mal resultado producto de no adoptar las mejores decisiones.
3) Capacidad de establecer relaciones.
La propia relación entre coach y coachee debe ser todo un ejemplo de dedicación al coachee, donde se potencia la comunicación, la confianza y la sinceridad entre ambos manteniendo siempre un alto grado de confidencialidad en la relación. Es fundamental saber ganarse la confianza y la credibilidad del individuo para poder actuar como inspiración, tal y como decíamos anteriormente.
4) Flexibilidad.
La premisa de un proceso de coaching es que son las prioridades del coachee y no del coach las que deben determinar el rumbo a seguir. Para llevar esto a buen puerto, deberemos por lo tanto ser flexibles y adaptarnos a las diferentes necesidades y personalidades.
5) Capacidad de comunicación.
Ante todo debemos ser auténticos, sinceros y honestos siempre con el objetivo único de ayudar a nuestro coachee. Para ello es fundamental empatizar con él y adentrarse en su mundo y reflexionar desde su propia óptica y no desde la nuestra.
6) Capacidad de mirar al frente.
El coaching no se centra o ahonda en el pasado como puede hacerlo la terapia. El coaching se centra en el futuro mediante el establecimiento de objetivos y planes de acción flexibles. Esta orientación a resultados la consigue a partir del aquí del ahora y únicamente se remite al pasado como herramienta de aprendizaje que nos influye en el presente.
7) Disciplina.
La disciplina es el medio que el coach debe usar para vencer a las resistencias que todo proceso de cambio plantea en los individuos. Esta disciplina no exime de flexibilidad y adaptación a los ritmos del coachee. No obstante es labor del coach el mantener en mente de ambos los objetivos y disciplinar al coachee para que sea capaz de conseguirlos.
8) Gestionar el entorno profesional.
Básicamente se trata de saber si el coaching es la mejor opción en el caso que nos ocupa o de saber si el cambio está dentro del alcance del coachee o no.
9) Diagnosticar situaciones y encontrar soluciones.
Para ello debemos ser capaces de desarrollar nuestra intuición así como nuestro sentido de la investigación y ser capaces de aplicar teorías a situaciones concretas (pasar de lo abstracto a lo concreto).
10) Capacidad empresarial.
Como coach, aparte de vender un producto te estás vendiendo a ti mismo. Desde ese punto de vista es necesario que creamos en nosotros mismos y en nuestro servicio con ilusión y nos fijemos metas ambiciosas que hagan que nuestros objetivos se cumplan.
En el ámbito empresarial la presencia de un proceso de Coaching, se está convirtiendo en una de las mejores inversiones, al sacar el mayor partido del capital humano y al conseguir una completa integración de los equipos de trabajo en el entorno corporativo.
La forma de abordar los proyectos y objetivos, la metodología empleada para obtener de cada uno de los componentes una actitud positiva, coherente con el equipo y motivante permite obtener, a las corporaciones y a cada uno de sus integrantes, una extraordinaria excelencia personal y profesional.
El enfoque a resultados, una mayor coordinación y cooperación entre los integrantes de equipos de trabajo y departamentos, y como claro ejemplo los equipos constituidos por diferentes departamentos o sectores con objetivos y necesidades distintas y en un principio no coincidentes entre sí, hacen del Coaching Cooperativo un gran aliado.